lunes, 23 de julio de 2007

Amigos en Tlalpan

Escribí a un centro de Recuperación en Tlalpan (Mexico). Y me escribieron dandome su dirección.
Aquí su dirección:
Camino real a san. Andrés manzana 11 lote 16 colonia la primavera C.P. 14270 del. Tlalpan México Distrito Fereral Tel : 15570205. referencias para llegar: tomar carretera picacho ajusco, y 10 minutos arriba de six flags se encuentran del lado izquierdo el campamento de los ecoguardas y del lado derecho el colegio irlandes o´ farril, la secretaria e seguridad pública, la Procuraduría del distrito federal y la entrada a radio UNAM. Unos metros adelante a mano izquierda se encuentra la entrada a la colonia la primavera. Dos cuadras hacia dentro se encuentra el centro de rehabilitación.

Escriben:
El centro de rehabilitación fue fundado hace 4 años como una alternativa de tratamiento ante la gran problemática del alcoholismo y la drogadicción y ante el vacío que han ido dejando los grupos de ayuda mutua. Nos planteamos desde el primer momento ofrecer uno modelo de atención en dicciones integral, mixto y profesional, dirigido en la actualidad por un equipo de profesionales y de padrinos .
Su correo electrónico: nueva _identida_ac@yahoo.com.mx

El Equipo de trabajo

  • Cinco padrinos entrenado en el programa de recuperación de 12 pasos
  • Un medico general
  • Medico especialista en adicciones Titulado en el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix
  • Tres sicólogos Titulados en la Universidad Autónoma de México
  • Cuatro Terapeutas Gestal titulados en el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestal
  • Un terapeuta de enfoque centrado en la persona especializado en adicciones titulado en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos Y en la Universidad Iberoamericana
  • Una terapeuta corporal titulada en el Centro Yollocalli en psicoterapia corporal integrativa
  • Un equipo de madrina de AL-ANON
  • Un sacerdote católico
  • Un pastor cristiano
  • Maestro de yoga titulado en la Universidad de Guadalajara

sábado, 21 de julio de 2007

XX aniversario


Hoy, XX aniversario de la muerte martirial de Alejandro e Inés en la selva amazónica de Ecuador.
Fueron a encontrarse con los Tagaeri. Estos -vengando la muerte de Taga- lancearon a estos dos misioneros que en su corazón vivían la sentencia "nadie tiene más amor que el da la vida por los que ama".
Los alcohólicos son mis queridos, dignos de ser amados.

Se pasan los días y van quedando cosas hechas con amor.
Por ejemplo:
- preparé con ilusión la presentación en Power Point para mostrarla a los amigos del Centro de Rehabilitación
- estuve en Sachas el 19 para iniciar la Asamblea y aproveché para ir a casa de Olvia Sangurima, la que lleva Al-Amón. Conversamos largo. Me invitó al 4to. aniversario del grupo para el día 10 de agosto con una chrala sobre la fe. Ella marchaba a Tulcan a un encuentro de la Fraternidad Alcohólica.
- estuve en mi barrio y hablé con María. Le expliqué la enfermedad del alcoholismo. Me atendía. No sé si estaría asustada por haber ido a su casa y tan de repente entrar en la intimidad familiar por razón del alcoholismo de su marido.
- busqué a Flor para intentar hacer ya de una vez el listado de los "amigos"... No estaba.
- estuve en casa de Rocío en el barrio vecino. Tampoco estaba en casa.

Tengo ganas de hacer lo posible por iniciar Al-Amon y aun Alateen.
Y más todavía cuando uno lee lo que dice Aparecida de los Adictos y de los nos dijo Coriveau a nosotros capuchinos.

Alejandro - Inés de quienes fueron vuestros preferidos los indígenas minoritarios; hoy los míos son los amigos adictos. Concedenos el honor de estar junto a ellos... ahí está Dios acompañando su proceso.

sábado, 14 de julio de 2007

Trabajando con otros (12mo)

La experiencia de todos los días demuestra que nada es más eficaz para garantizar nuestra sobriedad, que un intenso trabajo en favor de otros alcohólicos.

Esto funciona incluso donde las otras actividades no funcionan.
Esta es nuestra duodécima sugerencia: ¡Lleve este mensaje a otros alcohólicos! Usted puede ayudarlos cuando ninguna otra persona pudo. Usted puede conquistar su fe cuando los demás no pudieron. Recuerde que los alcohólicos están seriamente enfermos.

Oración y meditación (11mo.)

El Undécimo Paso sugiere la oración y la meditación.

No debemos ser tímidos en esto de la oración. Personas mejores que nosotros rezan continuamente.
La oración es eficaz si mostramos buena disposición y si hacemos los esfuerzos necesarios. Sería fácil mantenernos en lo vago del campo de la oración.
Pero intentaremos ofrecerles algunas sugerencias precisas y útiles.

Entrado en el mundo del Espíritu (10mo)

La reflexión anterior conduce al Décimo Paso, que nos sugiere

continuar haciendo nuestro examen de conciencia
y reparar el mal que eventualmente vayamos haciendo.
A medida que escombramos el pasado comenzamos a vivir esta nueva vida con vigor.
Hemos entrado en el mundo del Espíritu.
La labor que nos espera es crecer en comprensión y en eficacia. No es la obra de un día. Deberá durar toda nuestra vida.
Necesitaremos cuidarnos del egoísmo,
de la deshonestidad,
del resentimiento
y del miedo.
Cuando estos sentimientos nacen en nuestro corazón, pedimos de inmediato a Dios alejarlos de nosotros.
Hablamos de estos sentimientos con alguien
y reparamos de inmediato nuestros errores, si hemos hecho mal a otros.
Después, con toda nuestra resolución, dirigimos nuestros pensamientos a alguien a quien podamos ayudar.
El amor y la tolerancia hacia los demás serán nuestro código ético.

"Y hemos cesado de combatir contra cualquiera o contra cualquier cosa, hasta contra el alcohol.
Porque para entonces la razón nos habrá sido devuelta. Raramente sentiremos el deseo de beber. Si fuésemos tentados, nos alejaremos del alcohol como si fuese una flama. Reaccionamos de manera sana y normal, y comprobamos que estas cosas suceden automáticamente.
Veremos que la tendencia a beber desaparecerá y que esta nueva actitud se nacerá en nosotros sin esfuerzo y sin pensar en ella. Será la cosa más natural. Y el milagro de nuestra vida.
No combatimos al alcohol ni huimos de la tentación.
Tenemos la impresión de estar colocados en una posición de neutralidad, seguros y protegidos. Ni siquiera hemos debido hacer la promesa de abstenernos del alcohol. El problema, por lo contrario, ha desaparecido. Para nosotros no existe. Nosotros no nos jactamos ni tenemos miedo.
Esta es nuestra experiencia. Así reaccionamos, si nos mantenemos espiritualmente en plena forma."

"Ya hemos dicho muchas cosas sobre el hecho de que debemos recibir fuerza, inspiración y dirección de Aquél que todo lo sabe y todo lo puede.
Si hemos seguido con cuidado esto, comenzamos a percibir la presencia de Su Espíritu en nosotros. Hasta cierto punto hemos llegado a tener conciencia de Dios. Hemos empezado a desarrollar este vital sexto sentido. Pero debemos ir aún más lejos y eso quiere decir que tenemos que hacer otras cosas."

La fe sin obras está muerta. (8vo-9no)

"Si no tenemos la voluntad de hacer esto, le pedimos a Dios hasta que dicha voluntad se nos presente. Recordamos que al inicio estuvimos de acuerdo en estar dispuestos a todo para lograr nuestra victoria sobre el alcohol."

Le pedimos a Dios, decimos. Y es que después en estar de lleno en el programa (ya entramos en los 6 primeros) nuestro ejercicio de confianza en Dios es continuo, si no la cosa no marcha... Con el 5to. entramos de lleno, pues "confiamos" nuestra vida "mísera y vergonzante" a un compañero (a un padrino, a un sacerdote...), ya nos "confesamos", decimos. Aquí no se puede parar.

"Ahora vamos hacia nuestros semejantes con el fin de reparar el daño que les infligimos en el pasado. Tratamos de despejar los escombros que se acumularon a causa de nuestros esfuerzos por vivir siguiendo nuestros propios caprichos."

".. nos encontramos tratando de poner orden en nuestra vida. Pero no se trata de un fin por sí mismo. Nuestro verdadero propósito es volvernos capaces de ponernos al servicio de Dios, y de las personas que nos rodean, del mejor modo posible."

"Simplemente le decimos que no podremos superar nuestro problema de alcohol en tanto no hayamos hecho todo lo posible para liberarnos de nuestro pasado. Estamos ahí para reparar los daños de que somos responsables, conscientes de que no podremos hacer nada de provecho hasta que hayamos limpiado el pasado." "... Sólo mencionamos nuestras faltas, jamás las de ella. Si hablamos con calma, con franqueza y sin esconder nada, los resultados serán satisfactorios".

"Recordando continuamente que habíamos decidido hacer todo lo posible por obtener una experiencia espiritual, pedimos la fuerza y la dirección que nos permitieran hacer nuestro deber, sin dar paso a las eventuales consecuencias en el plano personal. Podemos, sí, perder nuestra posición social, podemos perder nuestra reputación o ser amenazados de ir a prisión, pero estamos dispuestos a todo. Debemos hacerlo. No debemos retroceder ante nada."

"Comprendió que debía poner en las manos de Dios las consecuencias de tal gesto, de otra forma seguramente habría comenzado de nuevo a beber y todo se habría perdido lamentablemente".

"La vida espiritual no es una teoría. Es necesario que la vivamos. A menos que los nuestros no nos manifiesten su deseo, no deberemos apurarlos a vivir según los principios espirituales.
"

"Si nos esforzamos por hacer bien lo que es necesario en este periodo de nuestro quehacer, nos maravillaremos al descubrir que hemos completado la meta de nuestra obra.
Conoceremos una nueva libertad y una nueva felicidad.
No nos afligiremos por el pasado, pero tampoco nos empeñaremos en olvidarlo.
Comprenderemos qué significa la palabra serenidad y conoceremos la paz.
Poco importa a qué grado de abyección hayamos llegado, veremos cómo nuestra experiencia pueda ayudar a los demás.
Desaparecerá toda idea de inutilidad de nuestra vida y también toda forma de conmiseración de nosotros mismos.
Perderemos el interés por nuestros caprichos y nos dedicaremos a servirle a otros.
El egoísmo desaparecerá.
Nuestras ideas sobre la vida cambiarán como del día a la noche.
El miedo a las personas y el miedo a la inseguridad económica nos abandonarán.
Intuiremos cómo comportarnos frente a las situaciones que de ordinario nos desconcertaban.
Nos daremos cuenta repentinamente de que Dios hace por nosotros lo que no podíamos hacer por nosotros mismos."

Todo esto nos lleva al paso 10.

Oración al terminar el 5to.

"Si estamos todavía aferrados a alguna cosa que no queramos abandonar, le pediremos a Dios ayudarnos a dejarla. Cuando estemos listos Le decimos algo parecido a esto."


Mi Creador,
ahora deseo que seas el Dueño de todo mi ser, bueno y malo.
Te pido que me quites
todo lo que impida serte útil
y ser útil a mis hermanos.
Concédeme la fuerza
de hacer Tu voluntad a partir de ahora.
Amén."

"Confesarse..."


EL QUINTO PASO.

El Libro Azul lo trata en el capítulo VI “A la acción”.

Vamos a ir recogiendo sus textos más llamativos.

Después de haber hecho nuestro inventario personal, ¿qué vamos a hacer con lo que descubrimos? Intentamos encontrar una nueva actitud hacia Dios, un nuevo tipo de relación con nuestro Creador, y nos pusimos a descubrir los obstáculos a lo largo de nuestro camino.

Entramos así de lleno en una relación íntima con Dios.

… identificamos nuestros puntos débiles. Estamos ahora a punto de ser liberados de ellos. Algo que requiere acción de nuestra parte; acción que consiste en admitir ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos. Y este es el Quinto Paso del programa de recuperación…

Nuestra confianza en Dios Todopoderoso, en que confiamos, está puesta a prueba aquí, o entra en acción aquí. “Estamos a punto de ser liberados de nuestros puntos débiles.

Es una “prueba humillante”, que muchos piensan que no es necesaria tal como está escrita aquí como es “admitir ante otro ser humano… nuestros defectos”. Y el comentario en el mismo Libro Azul es que si evadimos esta etapa vital, ya no podríamos jamás superar nuestro problema de alcohol”.

Diría que el primer sorprendido soy yo mismo. Estas palabras sin embargo dan la sguridad absoluta de que Bill tiene una experiencia. Bien pensado este paso, es justo. Hemos entrado, nos hemos constituído en personas que hemos hecho la profunda experiencia de nuestra impotencia, del descubrimiento de que el Todopoderoso puede y quiere ayudarnos, y con Su ayuda hemos puesta nuestra confianza en El.

Hemos llegado al punto del trabajo conjunto con nuestro Dios, de iniciar una intimidad con El, de estar sentados juntos para conocernos. Necesito abrirme a El para que El me conozca y me cure y me libere de toda mi “maldad”.

Mi vida la repaso dentro de mí mismo, se la muestro a mi Ser Supremo, a mi Creador (que ya conoce todo) y a un “compañero”, me atrevería a decir como representante Suyo. Ahora sí tengo la seguridad de estar haciedo algo importante, real: dejé de confiar en mi, me puse a confiar en Mi Dios, le he contado todo y se lo he hecho participar a otra criatura de Dios, como si fuese su representante. No tengo duda. Así está claro, Dios, a mi lado –como a mi lado está mi compañero- me escucha, me ha dedicado tiempo para oir mis miserias, mis vergonzosas miserias, de las que tiene El compasión, y que me las va a quitar, como está quitando mi obsesión por la bebida, pues ya no bebo.

¡Y el que no hace este paso… no pasa la prueba de confiar en Dios… no dejará de beber! Dice el libro: “Deberá comprender que para nosotros se trata de una cuestión de vida o muerte”.

Y sigue El Libro: “Una vez que hayamos actuado así, sin esconder nada, seremos más felices. Podremos mirar al mundo a la cara. Podremos finalmente estar a solas en paz y sin miedo. Nuestros temores se desprenden de nosotros. Comenzamos a sentir que nuestro Creador está cerca de nosotros. Es posible que en el pasado nosotros hayamos creído en algo o en alguien; ahora, sin embargo, vamos a comenzar a vivir una experiencia espiritual. A menudo tendremos la impresión de que el problema del alcohol ha desaparecido. Tenemos la sensación de estar finalmente sobre la Amplia Avenida, y de caminar de la mano con el Espíritu del Universo”.

Y hecho todo esto “estamos a punto de construir un arco a través del cual vamos a pasar para encontrarnos afuera totalmente libres”.

Ahora sí, ya podemos agradecidos dar gracias a Nuestro Dios y de corazón decirle esta oración, que encuentro en El Libro:

Mi Creador, ahora deseo que seas el Dueño de todo mi ser, bueno y malo. Te pido que me quites todo lo que impida serte útil y ser útil a mis hermanos. Concédeme la fuerza de hacer Tu voluntad a partir de ahora. Amén."

Hay que orar (paso 11) para apoyar la ilusión de todos los amigos de entrar a fondo el programa de recuperación.


viernes, 13 de julio de 2007

Nuestro Centro en Coca

Verán nuestro Centro de Rehabilitación y los Rehabilitantes, que contentos quieren verse en Internet.
Y aquí venimos todos los jueves, y somos amigos. Pasamos dos horas. El próximo swerá especial pues echaremos la Presentación en Power Point de Alejandro e Inés recordando el XX Aniversario de su muerte martirial.


Una de las actividades es dibujar y pintar cuadros que normalmente tienen un tema bíblico. Buscan aquella escena que les habla al corazón. Aquí la historia de Jonás contada por ellos.










En este otro cuadro se representa a Jesús llamando a la puerta. Sentimiento tan acariciado por cada uno de ellos.
Jesús llamando.
La puerta todavía está cerrada.










Roque con su mensaje y su capacidad de atracción y convencimiento.
Hoy -parece ser- están atentos.











En este momento le toca a Victor hacer su comentario a la vida, al comportamiento humano, a lo que todos los días toca ser.












Y estando organizaditos todo funciona bien.
Aquí el plan de lavado de ropa, el listado semanal y las responsabilidades.














Temístocles o Sr. Macías recogiendo al Padre Roque para marchar al centro de rehabilitación. La escena se repite cada jueves minutos antes de las 4. Y llega hasta la misma ventana del P. Roque.












El Sr. Macías está dirigiendo la oración.














La especialidad del Sr. Macías es la Biblia, el comentario al texto bíblico y aplicado a la vida de nuestros amigos adictos.
Y... esperando una adicción a Jesucristo...
Los "juanes" lo consiguen.














El muchacho es un buen lector. Es así como el lector oficial del grupo. Hoy debe estar castigado, pues aun siendo una buenísima persona, qué habrá hecho, en qué habrá estado su rebeldía para ser "encadenado".
Cierto son cadenas... buen recuerdos para tantas cadenas con que uno va sujeto en la vida...













Y mientras Dn. Victor habla... usted observe los pies del primero de la izquierda.
También encadenado... y son buenos, porque todos son buenos, aunque jodidos por la enfermedad tan curiosa del alcohol o de la droga.
Víctima de tanta sociedad podrida...












Usted está en la fachada de nuestro Centro Psicoperapéutico "Nuevo Despertad" donde normalmente se encuentran de 25 a 30 rehabilitantes.










Julio, Mario, la Dueña y Macías delante de la puerta de entrada.












La Dueña, la esposa de Dn. Gonzalo Shiguango, admitrador del Centro.


















Otro momento de oración profunda.
Recordemos que el paso 3 nos capacita para confiar en Dios, y que el 11 nos encarga hacer oración, contemplación.

Nos entrenamos.

jueves, 12 de julio de 2007

La fraternidad alcohólica

Tomado del Libro de Bill, capitulo I.


Rápidamente comenzamos a hacer amigos y, tras de nosotros surgió una Confraternidad, de la cual es maravilloso sentir uno que forma parte de ella. La alegría de vivir está siempre con nosotros, tanto en las situaciones de tensión, como en las de dificultades.

He visto centenas de familias tomar el camino que en verdad los lleva a una meta;

- he visto desarrollarse favorablemente situaciones familiares en verdad desesperadas;

- he visto solucionarse enemistades y rencores;

- he visto hombres abandonar los manicomios y volver a sus puestos en las vidas de sus familias y de su ambiente social. Hombres de negocios y profesionistas han recuperado su rango social.

- No ha habido ningún género de dificultades o de miseria que no haya sido resuelto entre nosotros. En una ciudad del Oeste del país hay ochenta de nosotros con sus familias. Nos reunimos frecuentemente en nuestros diferentes hogares, a fin de que los recién llegados encuentren la amistad reconfortante que necesitan. En estas reuniones informales podemos encontrar de 40 a 80 personas. Estamos creciendo en número y en fuerza.

Un alcohólico ebrio es un ser desagradable. La labor de persuasión que debemos desarrollar ante ellos es a veces ardua, cómica y trágica. Uno de nosotros, desafortunadamente, se suicidó en nuestra casa. No pudo o no quiso comprender nuestro modo de vida.

En aquello que hacemos hay una gran alegría. Supongo que algunas personas se escandalizarán a causa de lo que pareciese ser mundano y poco serio. Mas, bajo esa apariencia somos implacablemente serios. La fe en Dios debe de cumplir su obra día por día en nosotros y a través de nosotros, o si no perecemos.

La mayoría de nosotros creen que ya no tenemos que buscar la Utopía. Lo que tenemos con nosotros, aquí, ahora, es eso. Todos los días, aquella sencilla conversación de mi amigo en la mesa de la cocina se repite y se multiplica en un círculo siempre más grande de paz sobre la tierra y de buena voluntad hacia los hombres.

¿La perseverancia?

¡Qué feo el sentimiento de ayer!
Por una parte busqué al "amigo alcohólico", al que pensé estaba perdido, pues había recibido la información de que el año anterior estuvo en la clínica.
Al segundo intento, por la tarde, lo encontré en su trabajo. Tenía miedo al encuentro. No lo conocía. De camino le pedía a Dios interviniera en el encuentro. Me era claro, si tengo fe, intervendrá en el sentido que El quiere. Lo viví como algo fundamental dentro de nuestra espiritualidad alcohólica. Finalmente resultó bien.
Las cosas no habían sido como me las habían contado.
Encontré a un hombre recuperado. Llevaba sin tomar más de un año, desde su salida de la clínica. Pero quedé asustado de sus "agresividades", "resentimientos" sobre su esposa.
Comienzo a experimentar la verdad declarada en la literatura de los A.A. El dejar de beber es un hecho trascendental en la vida de los A.A., pero solo tiene que ser el comienzo, viniendo después todo el proceso de experiencia espiritual, todo el trabajo para ir realizando el programa de los 12 pasos. Y hay que pensar que son 12, los 12 deben entrar en nuestra vida.
Pero parece ser que no entran.
Me comunicó que de los 2o y tantos que eran en el grupo, tan solo tres en estos momentos se mantienen en pie. ¿Y los demás?
Paciencia y comprensión. ¡Qué terrible es el alcohol! No se ha tocado fondo, no se han dado los 3 primeros pasos en profundidad.
Otro día se alcanzará todo. Uno se va preparando para el momento decisivo.

Pero quedé preocupado por las "agresiones" y "resentimientos" del amigo. Necesita con quien conversar... y abrir su espiritu en la oración y contemplación del paso 11.
Toda una tarea para ser animada.

Nuestro modo de vida

(Ver Libro azul, cap. I, La historia de Bill.

En el hospital me separé del alcohol por última vez. El tratamiento parecía ser el indicado, ya que yo mostraba síntomas de delirium tremens.

Después, yo me ofrecí humildemente a Dios, tal como lo concebí,

- Le pedí que dispusiese de mí como Él lo deseara.

- Me puse sin reservas bajo Su cuidado y dirección.

- Admití por vez primera que por mí mismo yo no era nada; que sin Él estaba yo perdido.

- Sin reservas encaré mis pecados y estuve de acuerdo en que mi nuevo Amigo los extirpase.

Desde entonces jamás he vuelto a beber.

Mi antiguo compañero de escuela me vino a visitar

- y le hice saber todos mis problemas y todas mis deficiencias.

- Hicimos la lista de personas a quienes en alguna forma yo les hubiese causado un daño o hacia quienes yo nutría rencores.

- Me mostré enteramente dispuesto a encontrar a esas personas y a admitir mis errores, sin jamás juzgarlas.

- Yo iba a corregir todos mis errores lo mejor que pudiese.

Debía poner a prueba mi pensamiento mediante la conciencia de la presencia de Dios en mí.

El sentido común iba a ser sustituido por la guía divina.

¿Cómo?

Cuando tuviese dudas, me sentaría tranquilamente

- y pediría solamente que me fuesen dadas la fuerza y la luz para atender mis problemas en la forma en que Dios lo quisiese.

- Jamás debería rezar para mí, sino para pedir ser más útil a los demás.

Solamente así podría esperar ser correspondido. Pero, en tal caso, sería correspondido abundantemente.

Mi amigo me prometió que cuando se realizaran estas cosas, viviría yo un nuevo género de relación con mi Creador; que tendría en mis manos los elementos de un modo de vida que traería la solución a todos mis problemas. Esencialmente, era suficiente creer en el poder de Dios y estar dispuesto, con toda humildad y con toda honestidad, a establecer y a mantener este nuevo orden de cosas.

Simple, pero no sencillo; un precio habría de pagarse.

Aquello significaba la destrucción de mi egocentrismo. Debía de poner todas las cosas en manos del Padre de la Luz que reina sobre todos nosotros.

Estas proposiciones eran a la vez que radicales, revolucionarias; pero, a partir del momento en que las hube aceptado, el efecto fue electrizante.

- Tuve una impresión de victoria, seguida por una sensación de paz y serenidad como jamás la había experimentado.

- Tenía una confianza plena.

- Me sentí transportado, tal como si el tonificante viento fresco de las montañas me hubiese envuelto.

- A la mayoría de los seres humanos, Dios se le manifiesta poco a poco, pero Su encuentro conmigo fue repentino y profundo.

Durante un cierto tiempo me sentí inquieto; llamé a mi médico amigo para preguntarle si él creía que yo aun estuviese sano de la mente. Asombrado, escuchaba lo que yo le contaba.

Finalmente, y sacudiendo su cabeza, me dijo: Algo ha llegado a ti que no alcanzo a comprender. Pero es preferible que te aferres a ello. No importa lo que sea, pero es mejor que el estado en que te encontrabas." Al día de hoy, este buen doctor tiene a menudo la oportunidad de encontrar pacientes que desarrollan experiencias como la mía. Él sabe que son verdaderas.

En mi cama del hospital me asaltaba el pensamiento de que habría miles de alcohólicos desesperados que estarían felices de beneficiarse con aquello que me había sido dado de manera tan gratuita. Quizás pudiese ir en auxilio de algunos. A su vez, ellos podrían acudir en auxilio de otros.

Mi amigo había insistido sobre la absoluta necesidad de poner en práctica estos principios en todos los aspectos de mi vida. Era necesario, sobre todo, tratar de ayudar a otros alcohólicos tal como él lo había hecho conmigo. La fe sin obras es una fe muerta, me decía.

¡Qué importante es esto para los alcohólicos!

Puesto que si un alcohólico se descuida en enriquecer y perfeccionar su vida espiritual con el trabajo y la dedicación hacia los demás, no podrá superar las pruebas y las depresiones que le esperan. Si no se empeña en este crecimiento interior, con toda seguridad volverá a beber y, si bebe, morirá, de seguro.

Entonces, la fe estaría muerta, efectivamente. Y es así también para nosotros.

martes, 10 de julio de 2007

Descripción de una experiencia religiosa

Del libro de Bil, capitulo IV, al final.

Nuestro amigo era hijo de un ministro protestante. Frecuentó la escuela religiosa, donde se rebeló contra todo aquello que le parecía excesivo en la enseñanza religiosa. En los años siguientes se sintió perseguido por un sentimiento de desorden y frustración. Fracasos en los negocios, locura, enfermedad fatal, suicidio, todas las desgracias que atormentaron a su familia inmediata lo dejaron deprimido y amargado. Las desilusiones de los años de posguerra, el agravamiento de su alcoholismo y la amenaza de la ruina mental y física llevaron a este hombre a la orilla del suicidio.

Una noche, en el cuarto de un hospital, le habló un alcohólico que había vivido una experiencia espiritual. Nuestro amigo se puso a gritar con rencor : Si hay un Dios, ciertamente que no ha hecho nada por mí". Más tarde, a solas en su cuarto, se preguntó: ¿Podrán todos los creyentes estar equivocados ?" Al reflexionar en esta pregunta vivió las torturas del infierno. Después, súbitamente, como un pensamiento fulminante, le llegó la idea que se formuló así: ¿QUIEN ERES TU PARA AFIRMAR QUE DIOS NO EXISTE?"

Este hombre nos cuenta que cayó de rodillas junto a su lecho. En pocos segundos fue dominado por la convicción de que Dios estaba presente. Esta certeza se acercó a él y lo penetró con la seguridad y la solemnidad de una gran marea. Las barreras que había erigido por años y años se desplomaron. Se encontraba en presencia del Poder y el Amor infinitos. Del puente había pasado a la playa. Por vez primera vivía en la consciente compañía de su Creador.

Así se puso en su lugar la piedra angular de la vida de nuestro amigo. Después, ninguna vicisitud lo llegó a inquietar en su vida. El problema de alcoholismo de este hombre fue eliminado. Esa misma noche, el alcohol llegó a ser cosa del pasado. Salvo en algunas ocasiones, la idea de beber no regresó jamás a nuestro amigo; y todavía más, le tomó una gran aversión a ella. Aparentemente, aunque él hubiese querido beber, no habría podido. Dios le había restituido la razón.

¿No es una curación milagrosa? Sin embargo, los elementos de que consta son simples. Este hombre se dispuso a tener fe, debido a las circunstancias. Él se ofreció humildemente al Autor de sus días fue entonces cuando lo supo. También nosotros recuperamos la razón por la gracia de Dios. Para este hombre, la revelación fue repentina. Para otros, el cambio ha sido más lento. Sin embargo, Él ha venido a todos aquellos que lo han buscado con honestidad.

Cuando nos acercamos a Él, !Él se nos reveló!

La experiencia de Dios


El gran aporte de los A.A. al "conocimiento experimental" -sobre el que se basa la ciencia- es el de la experiencia de Dios (Ser Supremo). Es el orgullo de nuestro mundo científico; que la ciencia tiene un sustento básico, la prueba experimental.
Los A.A. son grandes socios del mundo moderno, del avance del conocimiento humano, del avance de lo experimental. Su gran contribución al mundo de los hombres de hoy, al así llamado mundo moderno, es el de abrirles el camino del encuentro personal con el Ser Supremo. Es el aporte de los propios hijos del mundo moderno, que como buenos hijos aprendieron la lección de pensar, vivir y comportarse al margen del pensamiento de Dios. Ese pensamiento estaba aparcado de la vida, como lo no existente.
Y he aquí que "los propios hijos" descubren a sus "hermanos" su experiencia del Otro, del Todopoderoso, del Presente en sus vidas. Lo que no pudo toda la ciencia médica, ni toda la ciencia de la psiquiatría, ni toda la ciencia de la psicología, el liberarnos de la obsesión del beber, el de nuestra adicción, el de rescatarnos para vivir con dignidad humana, el de sacarnos de lo último del vivir humano, eso lo hecho -y para publicarlos hasta los últimos rincones del mundo- el Ser
Supremo, el Todopoderoso, El que nos ama... y todo lo que nosotros hemos comenzado a sentir de El porque se nos ha hecho compañero de nuestra vida.

Bill y Bob, los dos cofundadores de A.A., nos han podido trasmitir su experiencia de la actuación del Ser Supremo (Dios) en sus vidas en el Gran Libro, en el Libro Azul, en el Libro Básico... y esto ha sido a partir de 1939, fecha de su edición primera. Es el gran aporte "laico" (?) a nuestra sociedad.
La historia de la humanidad está marcada por otros grandísimos aportes, testimonios experienciales, de la actuación y presencia de Dios (del Ser Supremo) en los humanos, que enriquece la experiencia humana.
Hoy la Iglesia Católica recuerda a (Santa) Verónica de Giulianis, que en su Diario plasmó su experiencia. Hay gentes hoy que quisieran que esta mujer del siglo XVII-XVIII adquiriera el reconocimiento de doctora, por su enseñanza precisamente en esta relación íntima del hombre (mujer) con Dios (el Ser Supremo).
No digamos nada de Francisco, el de Asis, nuestro San Francisco, cuyo oración "Hazme, Señor, instrumento de tu paz" está recogida en los escritos de Bill.

Con Pablo y Alfredo

Ayer, lunes, y obligadamente a la reunión de A.A.
Y llegó Pablo. ¡Qué alegría! Ya había venido el viernes anterior, pero ¿obligado? Ahora sí, venía por su cuenta, por su voluntad.
Nos compartió: 3 años en la cárcel de Quito por culpa del alcohol. Allí conoció a los A.A. y formó parte del grupo. A la salida pudo permanecer un año sin beber. Y después... de nuevo.
Ahora -dice- está decidido, ahora sí, piensa...
Llevaba la alegría en el rostro. Su mamá le había confiado 600 dólares para ir a hacer unas compras (materiales de construcción) y regresó entregando lo que no había usado, como 80 de vuelta. Antes, recordaba, no podían confiar en él... y robaba para beber.

Pablo, es mi primera conquista para el grupo. Lo intenté con Samuel pero no me respondió aunque me dijo que vendría al grupo.

También llegó Alfredo con la alegría en los ojos y bajo el brazo. Trajo la noticia de que le habían dicho que "hasta el padre Roque era de los alcohólicos". Por eso abrió la boca cuando al entrar me encontró en el grupo.
Después -en mi turno- le expliqué cómo había descubierto a los A.A., como se habían convertido para mi en mi propia experiencia espiritual, de la presencia de Dios en ellos. Y que por eso me gustaba estar, y quisiera estar.
También Alfredó nos comentó su estancia en la cárcel, en el hospital... y hasta en las puertas de la tumba, pero el que Todo lo puede no quiso que fuera así.
Alfredo lleva la felicidad dentro, la paz consigo.

¡Que lindo creer! (2)

Habíamos descubierto de manera simultánea que éramos adoradores. ¡Cuántas veces el solo hecho de pronunciar esta palabra hacía que a nosotros los intelectuales se nos pusiese la piel de gallina! ¿No habíamos adorado, de diversos modos, a las personas, los sentimientos, las cosas, el dinero y a nosotros mismos? ¿Y después, con motivos seguramente más nobles, no habíamos visto con adoración la puesta del sol, el mar o simplemente una flor? ¿Y cuántos de estos sentimientos, de estos amores, de estas formas de adoración, tenían que ver con la pura razón? ¿Quién de nosotros no había amado algo o a alguien? ¿No constituía todo eso la materia de que estaba hecha nuestra vida? ¿No eran adecuados estos sentimientos para determinar el curso de nuestra existencia? Era imposible afirmar que

nosotros no tuvimos la capacidad de creer, de amar o de adorar. Habíamos vivido, de cualquier modo, de una fe o por una fe.

¡Imagínese una vida sin fe! Si nos hubiese dado sólo la razón, ¡qué cosa sería la vida ! Pero creíamos en la vida, evidentemente que creíamos. Ciertamente no podíamos dar una prueba de la vida, tal como se demuestra que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, pero ahí estaba la vida. ¿Podíamos decir otra vez que todo eso no era mas que una masa de electrones creados de la nada, sin ningún significado y en rotación hacia un destino ignoto surgido de la nada? Evidentemente que no. Los mismos electrones parecían más inteligentes que esto. Así lo afirman los mismos químicos.

Entonces vimos que la razón no era todo. Tal como la utilizamos, tampoco es enteramente confiable, aun cuando emane de los cerebros más brillantes. Pensamos en aquéllos que habían demostrado que el hombre jamás volaría por los aires.

Habíamos asistido, en una u otra forma de vuelo, a la liberación del espíritu humano; habíamos visto a personas que se elevaban sobre sus propios problemas. Esto era gracias a Dios decían ellos y nosotros sólo nos limitábamos a sonreír. Habíamos sido los testigos de una liberación espiritual, pero preferíamos decir que no era verdad.

Nos engañábamos recíprocamente en aquel tiempo, porque en cada hombre, mujer y niño está profundamente arraigada la idea de Dios. Ésta puede estar enmascarada por la desdicha, la vanidad, el culto a otros valores; pero la idea de Dios está ahí; en cualquier forma, siempre está ahí. La fe en un Poder Superior a nosotros mismos y las manifestaciones milagrosas de esta fuerza en la vida de los seres humanos son hechos tan antiguos como el hombre mismo.

Finalmente, descubrimos que la fe en Dios, sin importar de qué tipo de dios se hable, era parte de nuestra naturaleza, como los sentimientos que experimentamos por un amigo. A veces debimos buscar mucho, pero Él estaba ahí. Su existencia era tan real como la nuestra. Descubrimos la Gran Realidad dentro de nuestra alma. En el último análisis es solamente ahí donde se le puede encontrar. Así nos ocurrió a nosotros.

Todo lo que nosotros podemos hacer es despejar un poco el camino para los demás. Si nuestro testimonio le ayuda a librarse de

sus prejuicios, lo hace capaz de reflexionar honestamente, lo anima a buscar diligentemente dentro de usted, entonces, si quiere, puede unirse a nosotros en el Gran Camino. Si usted está dispuesto hasta este punto, no podrá fallar. Necesariamente tomará conciencia de su propia fe.

Encontrará en este libro la historia de un hombre que se creía ateo. Su testimonio es tan interesante que queremos anticipar algo aquí. Su metamorfosis interior fue espectacular, emotiva y convincente.

¡Qué lindo creer!

Otro texto de Bill en cap. IV del Libro Base (libro azul):


"Nos hemos preguntado si no podríamos tomar la misma actitud frente a nuestros problemas humanos y aceptar cambiar también nuestros puntos de vista. Teníamos dificultades en nuestras relaciones personales; no podíamos controlar nuestra naturaleza emocional; éramos presas de la tristeza y la depresión; éramos incapaces de ganarnos la vida, no le encontrábamos ningún objetivo a nuestra existencia; éramos presas del miedo; éramos desdichados; no creíamos poder hacer nada por los demás. Entonces, ¿no era más importante encontrar un remedio de largo plazo a nuestras frustraciones que estar viendo en los diarios las columnas sobre los vuelos a la luna? Claro que sí.

Una vez que vimos a otros resolver sus problemas simplemente mediante su confianza en el Espíritu del Universo, no pudimos hacer otra cosa que ya no dudar en el poder de Dios. Nuestras ideas nos llevaban a la nada. La idea de Dios funcionaba.

Fue su fe ingenua lo que llevó a los hermanos Wright a creer que podrían construir una máquina voladora. Y triunfaron. Sin esta confianza, no habrían hecho nada. Nosotros, agnósticos y ateos, vivíamos convencidos de que podríamos resolver nuestros problemas con sólo nuestro poder. Cuando otros nos enseñaron que habían podido salir adelante gracias al Poder de Dios, empezamos a sentirnos un poco como aquéllos que habían pensado a principios de siglo que los hermanos Wright jamás podrían volar.

La lógica es una gran cosa. Nos gustaba y nos sigue gustando. No es por casualidad que se nos haya favorecido con la facultad de razonar, de examinar los mensajes de nuestros sentidos y de sacar conclusiones. Ése es uno de los maravillosos atributos del hombre. A causa de nuestro agnosticismo, no nos satisfacían las proposiciones que no se prestasen a un estudio y una interpretación racionales. Por eso es que estamos haciendo todo lo posible para explicar por qué nuestra fe es racional, por qué nosotros encontramos más sano y más lógico creer que no creer, por qué nuestra antigua forma de pensar era descuidada, indolente, y encogíamos los hombros con aire de incredulidad y decíamos : ¡No sé!"

Para nosotros los alcohólicos, atormentados por una crisis profunda de la cual éramos los primeros responsables y de la cual no podíamos escapar, fue necesario examinar sin temor la afirmación de que Dios es todo o Él es nada, de que Dios es o Él no es. ¿Cuál iba a ser nuestra selección?

Reunidos en este punto, nos encontrábamos frente al problema de la fe. Imposible evitarlo. Algunos ya habían saltado sobre el Puente de la Razón, hacia la playa deseada de la Fe. La Tierra Prometida había hecho brillar los ojos cansados de quien se consumía en su espíritu, proporcionándole un nuevo ánimo. Manos amigas se extendían hacia nosotros, dándonos la bienvenida. Le agradecíamos a la Razón el habernos guiado tan bien. Mas no podíamos arribar a esa ribera. Tal vez nos aferrábamos demasiado a la razón; en esta última etapa de nuestro viaje no queríamos perder nuestro sostén."

... fe... experiencia espiritual...

Texto en el libro azul (cap. IV, Nosotros los agnósticos)

"Un ciento de hombres y mujeres, de carne y hueso, afirman categóricamente que después de haber llegado a creer en un Poder Superior a ellos mismos, de haber adoptado una cierta actitud hacia este Poder y de haber aceptado hacer unas cosas simplísimas, una transformación se operó en su forma de vivir y de pensar. Al borde de la desesperación, del colapso y del fracaso total de sus recursos humanos, se sintieron invadidos por un sentimiento de fuerza, de paz, de dicha y de certeza. Este cambio se produjo poco tiempo después que aceptaron, de buen grado, llenar ciertas exigencias.

Confusos y desconcertados como estaban ante la futilidad aparente de la existencia, vieron las razones profundas de su dificultad de vivir. Haciendo a un lado la cuestión del alcohol, ellos explican por qué su vida era tan insatisfactoria. Nos muestran cómo se produjo en ellos el cambio. Una vez que cientos de personas pueden afirmar que la conciencia de la Presencia de Dios es ahora lo más importante de su vida, tenemos una fuerte motivación para creer."

lunes, 9 de julio de 2007

Oracion de la Serenidad



Dios, concédeme

la serenidad

para aceptar las cosas que no puedo cambiar,

valor

para aquellas cosas que puedo,

y sabiduría

para reconocer la diferencia.

Dibujo de "12 pasos ilustrados".

12 pasos - referencias bíblicas

LOS DOCE PASOS CON REFERENCIAS DE LAS ESCRITURAS

1. Admitimos que éramos incapaces de afrontar solos nuestras
dependencias, adicciones y problemas, y que nuestra vida se había vuelto
ingobernable.

Mateo 9:36, Marcos 10:15, Romanos 7:15-20, Salmo 6:2-4, Salmo
31:9-10, Salmo 38:1-9, Salmo 44:15-16, Salmo 72:12-13

2. Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros podría devolvernos
el sano juicio.

Mateo 12:18-21, Marcos 5:1-15, Marcos 9:23-24, Marcos 10:51-52,
Lucas 13:10-13, Juan 6:63, Juan 12:46, Hebreos 11:6, Salmo 18:1-3,
Salmo 142, Daniel 4:34-37

3. Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de
Dios, según nuestro propio entendimiento de Él.

Mateo 4:22, Mateo 11:27-30, Mateo 16:24-26, Marcos 12:30, Efesios
2:8-9, Santiago 4:7-10, Deuteronomio 30:15-20, Salmo 3:5-6, Salmo
23, Salmo 61:1-8, Salmo 91:1-4, Salmo 118:8, Proverbios 3:5-6,
Jeremías 29:13

4. Sin temor, hicimos un sincero y minucioso inventario moral propio.

Mateo 7:3-5, Mateo 23:23-28, Lucas 12:1-6, Romanos 13:11-14, 1
Corintios 4:19-20, 2 Corintios 7:10, Gálatas 6:3-5, Efesios 4:31-32,
1 Juan 1:8-9, Joel 2:13, Salmo 32:3-5, Proverbios 5:3-5, Proverbios
16:2-3, Nehemías 8:9-10, Nehemías 9:3.

5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la
naturaleza exacta de nuestras faltas.

Lucas 15:12-20, Hechos 19:18, 2 Corintios 10:3-5, Romanos 2:12-15,
Hebreos 4:13-16, Santiago 5:16, 1 Juan 1:8-9, 2 Crónicas 7:14, Oseas
11:8-9

6. Estuvimos enteramente dispuestos a que Dios eliminase todos estos
defectos de carácter.

Juan 5:6, Romanos 6:11-12, Romanos 12:1-2, Gálatas 5:24, Efesios
4:17-23, Colosenses 3:5-8, 1 Pedro 1:13-16, 1 Juan 4:18, Apocalipsis
3:19-20, Salmo 51:16-17, Salmo 119:28-40, Salmo 139:23-24, Isaías
55:1-9

7. Humildemente pedimos a Dios que limpiase nuestras culpas.

Mateo 7:9-11, Mateo 18:4, Lucas 11:5-13, Lucas 18:9-14, Juan 3:3-6,
Hechos 3:19, Romanos 3:23-24, Hebreos 12:5-11, 1 Pedro 5:6-7, Juan
5:14-15, Salmo 32:6-8, Salmo 37:23-24, Salmo 103:12, Isaías 1:18-19,
Isaías 57:18, Jeremías 18:6

8. Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos
perjudicado, y estuvimos enteramente dispuestos a reparar el mal que les
ocasionamos.

Mateo 5:23-24, Mateo 7:3-5, Mateo 18:21-35, Lucas 6:37-38, Lucas
19:8, Juan 13:34-35, 1 Corintios 13, Gálatas 6:7-8, 2 Timoteo 1:7,
Santiago 4:11-12, Salmo 37:25, Oseas 10:12

9. Reparamos directamente el mal causado a estas personas cuando nos fue
posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiere infligido
más daño, o perjudicado a un tercero.

Mateo 5:9, Lucas 19:1-10, Romanos 15:2, Filipenses 1:9-11,
Colosenses 4:5-6, Filemón 8:17, 1 Juan 4:10, Salmo 51:14-17,
Proverbios 16:20-24, Ezequiel 33:14-16

10. Proseguimos con nuestro inventario moral, admitiendo espontáneamente
nuestras faltas al momento de reconocerlas.

Marcos 14:38, Romanos 12:3, Efesios 4:26-27, 1 Tesalonicenses
5:17-22, 1 Timoteo 4:7-8, Hebreos 2:1-3, Hebreos 12:15, Santiago
1:22-25, 1 Pedro 2:11, 1 Juan 1:8-10, Salmo 85:8-9, Salmo 103:8-18

11. Mediante la oración y la meditación, tratamos de mejorar nuestro
contacto consciente con Dios, según nuestro propio entendimiento de Él,
y le pedimos tan sólo la capacidad para reconocer Su voluntad y las
fuerzas para cumplirla.

Mateo 6:6, Mateo 26:39, Lucas 11:9-10, Juan 4:13-14, Romanos
8:26-28, Gálatas 2:20, Filipenses 4:6-9, Tito 3:1-7, 2 Samuel
22:1-3, Salmo 27:4-6, Salmo 65:1-4, Salmo 84:5-12, Salmo 105:1-9,
Salmo 127:1-2, Isaías 40:31, Lamentaciones 3:25-26

12. Habiendo logrado un despertar espiritual como resultado de estos
pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras personas y a practicar
estos principios en todas nuestras acciones.

Mateo 5:18-20, Mateo 28:20, Marcos 5:18-19, Juan 15:12-13, Hechos
4:20, 1 Corintios 9:22-27, 1 Corintios 15:10, 2 Corintios 5:17,
Gálatas 6:1-2, 1 Timoteo 1:12-16, 1 Timoteo 4:15-16, 1 Pedro 4:3-4,
Salmo 92:1-4, Salmo 96:1-2

cfr. http://www.christianrecovery.com

Oh Dios, te ofrezco todo de mi...




"
Oh, Dios, te ofrezco todo de mí para que Tú puedas rehacerme de nuevo y hagas de mí lo que quieras. Libérame de la esclavitud del egoísmo, para que yo pueda cumplir tu Voluntad. Aleja de mí las dificultades, de suerte que mi victoria sobre ellas sea un testimonio de Tu fuerza, de Tu amor y de Tu modo de vida para aquéllos a quienes yo haya ayudado. Haz que yo pueda hacer siempre Tu voluntad."



Oración de Bill en El Libro Azul, capítulo V, nuestro programa.
Dibujo tomado de "Los 12 pasos ilustrados".

martes, 3 de julio de 2007

Quién es ese...

"¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?»
No digas: aquel Jesús... sino di: es Jesús... y ahora tengo que decir: mi hermano, el que va conmigo, el preocupado por mi, el que más ha hecho por mi, el que me hechó la mano, me sacó del hondo... tiene una vida nueva, porque le mataron, pero recibio nueva vida...
Mi conversa con él tiene que ser viva...

Fe - al paso de los días

El martes de la 13ª semana:
Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. 24 Se levantó una tormenta muy violenta en el lago, con olas que cubrían la barca, pero él dormía. 25 Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!» 26 Pero él les dijo: «¡Qué miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tienen!» Entonces se levantó, dio una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma. 27 Grande fue el asombro; aquellos hombres decían: «¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?» (Mateo (BLA) 8)

Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole: 6 «Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado, y sufre terriblemente.» 7 Jesús le dijo: «Yo iré a sanarlo.» 8 El capitán contestó: «Señor, ¿quién soy yo para que entres en mi casa? Di no más una palabra y mi sirviente sanará. 9 Pues yo, que no soy más que un capitán, tengo soldados a mis órdenes, y cuando le digo a uno: Vete, él se va; y si le digo a otro: Ven, él viene; y si ordeno a mi sirviente: Haz tal cosa, él la hace.» 10 Jesús se quedó admirado al oír esto, y dijo a los que le seguían: «Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe.... 13 Luego Jesús dijo al capitán: «Vete a casa, hágase todo como has creído.» Y en ese mismo momento el muchacho quedó sanó. (Mateo (BLA) 8)

Me contaba ayer Enrique en la reunión de A.A. Iba a Quito y quedamos atrapados en un deslave, ni adelane ni atrás. Le digo a un compañero: ¿Ni te inmutas? Y mi contesta: ¡Qué voy a hacer, nada ocurre sin permiso del Jefe. Si él lo permite o ha querido, qué tienes qe oponer tu?

Así encuentra uno fe entre los A.A.

domingo, 1 de julio de 2007

LA RECUPERACION DE BILL.

SU TRANSFORMACION – SU EXPERIENCIA ESPIRITUAL.

(Ver A.A. Llegar A Su mayoría de edad. Pp. 58-59 y 62-63

El presente texto está tomado del libro arriba indicado. Es texto de Bill, de la charla que dio en el 20 aniversario del inicio de los A.A. en la convención de San Luis. Aquí cuenta su transformación y su experiencia espiritual. Iniciamos con el encuentro que tuvo con un antiguo amigo suyo -borracho como él- llamado Ebby. El contacto con él fue fundamental para su transformación.

"Bien", dijo Ebby, "tengo religión".

Me quedé con la boca abierta. ¡Ebby con religión! Probablemente su locura alcohólica se había convertido en locura religiosa.

Era una sorpresa abrumadora. Yo había sido educado en una maravillosa facultad de ingeniería de donde había obtenido la impresión de que el hombre era Dios. Pero por cortesía le pregunté: "¿Qué clase de religión tienes, Ebby?"

Y me respondió: "Bueno, yo no creo que tenga un nombre especial. Simplemente me encontré con un grupo de gente denominada Grupos Oxford. Por supuesto que no estoy de acuerdo con todo lo que ellos enseñan, pero me han dado ideas maravillosas.

Aprendí que tenía que admitir que estaba derrotado; vi que tenía que hacer un inventario personal y confesar mis defectos a otra persona en forma confidencial; aprendí que necesitaba restituir el daño que había causado a otras personas. Se me dijo que debía practicar una forma de entrega personal absolutamente desinteresada, cual es el darse por entero a otras personas.

Ahora bien, yo sé que vas a sorprenderte, pero me enseñaron que debería intentar comunicarme con el Dios que yo aceptara y pedirle la fuerza suficiente para cumplir estos simples preceptos. En caso de que yo no creyese en ningún Dios, se me aconsejó hacer el experimento de rezarle al Dios que "pudiera existir".

Tú sabes Bill, que es aparentemente cómico, pero aun antes de que hubiera empezado todo esto, tan pronto como decidí ensayar con mentalidad abierta, me pareció que mi problema alcohólico se desaparecía de mi vida. Ya no se trataba simplemente de una lucha contra la bebida. En esta ocasión me sentí completamente aliviado del deseo y no he tomado una sola copa durante varios meses".

Ebby no trató de hacerme presión o de evangelizarme, y se fue rápidamente.

Yo continué bebiendo durante varios días. Pero en ningún momento logré olvidar a mi amigo. No podía sacar de mi mente lo que me había dicho. En la comprensión del sufrimiento común, un alcohólico había estado hablando con otro alcohólico.

pp. 62-63

Yo no estaba en muy malas condiciones. A los tres o cuatro días ya no necesité más los sedantes que me administraba, pero me sentía muy deprimido. Todavía estaba rumiando el problema del Poder Superior.

Una mañana, mi amigo Ebby apareció y permaneció de pie en la puerta de mi habitación, sonriendo ampliamente. Yo no podía encontrar qué le parecía tan gracioso. Entonces tuve la sospecha de que tal vez fuera ésta la ocasión en que Ebby me trataría de evangelizar.

"Tal vez este amigo venía a hablarme de bellezas y dulzuras". Pero no, él me hizo esperar hasta cuando le pregunté: "¿Bueno, cuál es la formulita? Explícamela una vez más".

Con todo su buen humor, me la suministró de nuevo: "Tú admites que estás derrotado. Tratas de ser honrado contigo mismo; hablas de ello con alguien más. Tratas de restituir los daños que hayas causado. Tratas de dar de ti mismo sin avaricias, sin pedir recompensa. Y, rezas al Dios que tú creas que exista, aunque sea en forma experimental".

La fórmula fue así de simple y así de misteriosa. Después de alguna pequeña conversación, se fue.

Mi depresión se profundizó en forma insoportable hasta cuando finalmente me pareció estar en el más oscuro fondo de mi vida. Todavía me rebelaba acerca de la noción de un Poder Superior a mí mismo, pero finalmente el último vestigio de mí orgullosa obstinación se quebrantó. De pronto me encontré exclamando: "¡Si existe un Dios, que se me muestre! ¡Estoy listo para hacer cualquier cosa, cualquier cosa!"

De repente la habitación se llenó de una luz blanca. Me sumergí en un éxtasis que no hay palabras para describir. Me pareció, con los ojos de mi mente, que yo estaba sobre una montaña y que soplaba un viento, no de aire sino de espíritu, Y luego surgió en mí la idea de que yo era un hombre libre. Lentamente el éxtasis se fue desvaneciendo. Yo estaba acostado pero ahora, durante un tiempo, me sentí en otro mundo. Un nuevo mundo de realidad consciente. A mi alrededor y dentro de mí había una maravillosa sensación de Presencia, y pensé para mis adentros: "De manera que éste es el Dios de los predicadores". Una gran paz me sobrevino y pensé: "No importa qué tan extraña parezca esta experiencia, para mí está perfectamente adecuada. Todas las cosas están bien con Dios y con Su mundo".

Luego, poco a poco, empecé a sentirme atemorizado. Mi educación moderna se despertó para decirme que estaba sufriendo alucinaciones y que lo mejor era llamar al doctor. El Dr. Silkworth me hizo un gran número de preguntas y después me explicó: "No, Bill, usted no está loco. Aquí ha sucedido algún evento básico psicológico o espiritual. He leído acerca de estos fenómenos en los libros. Hay ocasiones en que las experiencias espirituales realmente alivian del alcoholismo a la gente". Inmensamente confortado empecé a preguntarme qué era lo que me había acontecido, (2)

El día siguiente tuve más luces acerca de esto. Creo que fue Ebby quien me trajo una copia del libro de William James "Variedades de la Experiencia Religiosa". Era una lectura algo difícil para mí, pero lo devoré de pasta a pasta. James pensaba que las experiencias espirituales podían tener realidad objetiva; casi como dones de lo alto, podían transformar a las personas. Algunas eran iluminaciones brillantes, iluminaciones repentinas; otras se presentaban en forma gradual. Algunas afloraban de sentimientos religiosos, otras no. Pero casi todas tenían denominadores comunes de dolor, sufrimiento y calamidad. Casi siempre eran necesarias la completa desesperación y la derrota total para lograr que el paciente estuviera en situación de recibir dichas experiencias. La significación de todo esto me abrumó. Derrota total, eso era exactamente lo que a mi me había sucedido. El Dr. Cari Jung le había dicho a un amigo de Ebby del Grupo Oxford qué tan deses­perada era su situación alcohólica, y en la misma forma el Dr. Silkworth me había dicho exactamente lo mismo para mi caso.

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Casi lodos los A.A. tienen experiencias espirituales que transforman totalmente sus actliudes. Ordinariamente, tales ocurrencias son gra­duales y pueden tener lugar en períodos de meses o aún de años.

Un considerable número de miembros de A.A,, incluyendo a Bill, quienes han tenido la experiencia espiritual en forma repentina, no ven mayor diferencia en cuanto concierne al resultado practico entre la iluminación repentina y el despertar espiritual mucho más lento y mucho más típico,